29 de agosto de 2007

Historia de las principales crisis financieras

A propósito de la crisis bursátil que sigue afectando al mundo, me gustaría que viéramos un poco de historia (en resumen) de las principales crisis financieras que han sufrido las bolsas de valores en el siglo XX.

Como podemos observar, las crisis han sido atenuadas o controladas mayormente gracias a la entrada de los bancos centrales inyectando dinero o realizando rescates con sumas multimillonarias. De donde obtendrán esa cantidad de dinero?. Es algo para reflexionar.

La ola más reciente de especulaciones en el mercado está relacionada con las perturbaciones en los mercados de crédito en el mundo.

Las preocupaciones sobre la volatilidad del sector de hipotecas sub-prime (o de alto riesgo) se han esparcido por el sistema financiero y los bancos centrales se han visto obligados a inyectar miles de millones de dólares al sistema de préstamos.

Pero ¿qué pasó en las crisis financieras del pasado, y qué lecciones se pueden aprender para hoy?

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el mundo ha habido un creciente número de crisis financieras.

Entre las cosas que se pueden aprender de las principales crisis financieras del pasado están:

  • La globalización ha incrementado la frecuencia y la propagación de las crisis financieras, pero no necesariamente su gravedad.
  • La intervención temprana de bancos centrales es más efectiva para contenerlas que acciones más tardías.
  • Es difícil saber en el momento de una crisis financiera si tendrá consecuencias más graves.
  • Los reguladores frecuentemente no logran mantenerse al día con el ritmo de innovaciones financieras que puedan desatar una nueva crisis.

El colapso dot.com - 2000

El "boom" de las compañías dot.com llegó a su clímax cuando AOL compró Time Warner.

A finales de los años 90, las compañías de Internet como Amazon.com y AOL cautivaron las bolsas de valores y parecía acercarse una nueva era para la economía.

El precio de esas acciones se disparó cuando se cotizaron en la bolsa Nasdaq aunque en realidad pocas de las compañías generaban ganancias.

La bonanza llegó a su punto más alto cuando el proveedor de Internet AOL compró la compañía de medios tradicionales Time Warner, por casi US$ 200.000 millones en enero de 2000.

Pero la burbuja estalló en marzo de ese año y el índice Nasdaq, con fuerte representación de empresas del área de tecnología, había caído 78% para octubre del 2002.

El colapso tuvo implicaciones más amplias. La inversión empresarial cayó y la economía estadounidense se desaceleró el año siguiente.

¿Proteccionismo?

El proceso fue exacerbado por los atentados del 11 de septiembre, que llevaron al cierre temporal de los mercados financieros.

Pero la Reserva Federal de Estados Unidos, también conocida como la "Fed", bajó gradualmente las tasa de interés desde 6.25% hasta 1% para estimular el crecimiento económico.


Long-Term Capital Market - 1998

John Meriwether, un corredor de bolsa de Wall Street, era director de LTCM.

El colapso del fondo financiero Long-Term Capital Market (LTCM) ocurrió durante la etapa final de la crisis financiera mundial que comenzó en Asia en 1997 y se propagó a Rusia y Brasil en 1998.

LTCM era un fondo creado por los ganadores del premio Nobel Myron Acholes y Robert Merton para la compra y venta de bonos.

Myron y Merton creían que a largo plazo las tasas de interés de bonos gubernamentales empezarían a converger y el fondo podría comerciar con las pequeñas diferencias entre las tasas.

Pero cuando Rusia dejó de pagar sus bonos gubernamentales en agosto de 1998, los inversionistas salieron de los títulos oficiales de otros países y buscaron refugio en los Bonos del Tesoro estadounidense.

Inmediatamente la diferencia de tasas de interés entre los bonos empezó a incrementar drásticamente.

LTCM, que había pedido prestado mucho dinero a otras compañías, estaba en peligro de perder miles de millones de dólares. Para poder liquidar sus posiciones, tendría que vender sus bonos de la Tesorería.

Este evento afectaría al mercado de crédito en Estados Unidos y forzaría un incremento en las tasas de interés.

Ante eso, la Fed decidió que debía ejecutar un rescate. Reunió a los principales bancos estadounidenses, varios de los cuales habían invertido en LTCM, y los convenció para que invirtieran unos US$3.650 millones más para salvar a la firma del colapso inminente.

También la Fed misma hizo un recorte de emergencia de las tasas en octubre 1998 y eventualmente los mercados se estabilizaron. LTCM fue liquidada en 2000.


El Crash de octubre - 1987

Los programas computarizados de compraventa de la bolsa de Nueva York empeoraron la crisis

Las bolsas de valores estadounidenses sufrieron la mayor caída diaria en tiempos de paz el 19 de octubre de 1987, cuando el índice promedio industrial del Dow Jones bajó 22%. Las bolsas europeas y japonesa también sufrieron fuertes pérdidas.

El colapso fue provocado por la creencia generalizada de que el manejo inapropiado de información confidencial, y la adquisición de compañías con dinero proveniente de préstamos, estaba dominando el mercado mientras la economía de Estados Unidos se estaba estancando.

También había preocupación sobre el valor del dólar, que había estado perdiendo poder en los mercados internacionales.

Estos temores se incrementaron cuando Alemania subió una tasa de interés clave, llevando a la apreciación de la moneda de ese país.

Por otro lado los sistemas computarizados de venta de acciones (recientemente introducidos) hicieron peores las bajas de las bolsas, ya que las ordenes de ventas se ejecutaban automáticamente.

La preocupación en torno a la posibilidad de quiebras en bancos principales llevó a que la Fed y otros bancos centrales bajaran drásticamente las tasas de interés.

Adicionalmente se introdujeron reglas para limitar el comercio por computadora y permitir que las autoridades suspendieran cualquier tipo de compraventa bursátil por cortos periodos de tiempo.

Este colapso pareció tener pocos efectos económicos directos y las bolsas de valores se recuperaron poco tiempo después.

Sin embargo las bajas tasas de interés, especialmente en el Reino Unido, podrían haber contribuido a la burbuja que se produjo en el mercado inmobiliario en 1988-89 y a las presiones que llevaron a la libra esterlina a una devaluación en 1992.

El colapso también demostró que las bolsas de valores del mundo estaban ahora interconectadas y que cambios en la política económica en un país podrían afectar los mercados alrededor del mundo.

También las leyes que regulan el manejo inapropiado de información confidencial fueron reforzadas en Estados Unidos y el Reino Unido.


El escándalo de bancos de ahorro y préstamos – 1985

Los bancos de ahorros y préstamos en Estados Unidos (Savings and Loans o S&L) eran instituciones locales que ofrecían hipotecas y recibían depósitos de pequeños inversionistas.

En la década de 1980, la desregulación financiera empezó a permitir que estos pequeños bancos participaran en transacciones más complejas e intentaran competir con los grandes bancos comerciales.

Hacia 1985, muchas de estas instituciones estaban cerca de la bancarrota y ocurrió un pánico bancario en los S&L de Ohio y Maryland.

El gobierno estadounidense ofrecía una garantía por muchos de los depósitos individuales de los S&L, y por ende quedó con un gran pasivo financiero cuando estos se vinieron abajo.

El costo total del rescate fue de unos US$150 mil millones. Sin embargo, la crisis probablemente sirvió para fortalecer a los bancos más grandes, ya que los rivales más pequeños desaparecieron y se crearon las condiciones para la fusión y consolidación en el sector bancario al pormenor en los años 90.


El gran colapso - 1929

Roosevelt tuvo que establecer mecanismos que impidieran nuevas crisis financieras.

El colapso de Wall Street en 1929, también conocido como "jueves negro", fue un evento que hizo derrumbarse a la economía estadounidense y global, contribuyendo a la Gran Depresión de los años 30.

Después de un enorme aumento especulativo a finales de los años 20, en gran parte debido al surgimiento de nuevas industrias como la radio y la fabricación de automóviles, las acciones cayeron 13% el jueves 24 de octubre de 1929.

Pese a los esfuerzos de las autoridades bursátiles por estabilizar el mercado, las acciones cayeron otro 11% el siguiente martes, 29 de octubre.

Cuando el mercado tocó fondo en 1932 se había perdido 90% del valor de las acciones. Tomó 25 años para que el índice Dow Jones recuperase su nivel de 1929.

El efecto sobre la economía real fue severo. La propiedad generalizada de acciones significó que muchos consumidores de clase media sintieron las pérdidas.

Se redujeron las compras de bienes de consumo duraderos como autos y casas, mientras que las industrias aplazaron inversiones y cerraron factorías. Para 1932, la economía estadounidense se había reducido a la mitad y una tercera parte de la fuerza laboral estaba desempleada.

El sistema financiero estadounidense en su totalidad entró en crisis.

En marzo de 1933, al tomar posesión como presidente, Franklin D. Roosevelt ordenó un cierre total del sistema.

Muchos economistas de izquierda y derecha han criticado la respuesta de las autoridades como inadecuada.

El banco central estadounidense incluso aumentó las tasas de interés para proteger el valor del dólar y preservar el patrón oro, mientras que el gobierno de ese país aumentó los aranceles y mantuvo un superávit fiscal.

Las medidas del programa de reactivación económica (o New Deal) lanzado por el presidente Roosevelt aliviaron algunos de los peores problemas de la Depresión, pero la economía estadounidense no se recuperó por completo hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando el gasto militar masivo eliminó el desempleo y acentuó el crecimiento.

El New Deal también introdujo una extensa regulación de los mercados financieros y el sistema bancario con la creación de la Comisión de Seguros y Cambios (SEC, por sus siglas en inglés) y la corporación Federal de Depósitos de Seguros (FDIC, por sus siglas en inglés).

Y la ley Glass-Steagall separó las operaciones de los bancos comerciales y los bancos de ahorro.


Overend & Guerney; Barings - 1866,1890

El Banco de Inglaterra era el centro del sistema financiero mundial.

El fracaso de un importante banco londinense en 1866 condujo a un cambio clave en la forma en que los bancos centrales manejaban crisis financieras.

Overend & Guerney era un banco de descuento que ofrecía fondos a bancos comerciales y de ahorros en Londres, que entonces era el centro financiero más importante del mundo.

Cuando se declaró en quiebra en mayo de 1866, muchos bancos más pequeños se vinieron abajo ante la imposibilidad de conseguir fondos, aunque fueran solventes.

A consecuencia de esta crisis, reformadores como William Bagehot presionaron para que el Banco de Inglaterra asumiera un nuevo papel como prestador de último recurso que proveyera de liquidez al sistema financiero durante las crisis, para impedir que el colapso de un banco se extendiera a otros.

La nueva doctrina se implementó durante la crisis de Barings en 1890, cuando las inversiones de ese banco sufrieron pérdidas en Argentina. El Banco de Inglaterra cubrió las pérdidas para evitar que sistema bancario del Reino Unidos se viniera abajo.

Las negociaciones secretas entre el Banco y financieros británicos condujo al establecimiento de un fondo de rescate de 18 millones de libras en noviembre de 1890, antes de que se hiciera pública la magnitud de las pérdidas de Barings.

Los banqueros también organizaron un comité para renegociar la deuda vencida que debía Argentina, pero una crisis bancaria envolvió al país y los préstamos externos a Buenos Aires se suspendieron virtualmente durante una década.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un artículo tuyo o de alguna fuente?

Es por cierto muy interesante!

Hector Torres dijo...

De la UNICA fuente de sabiduria, Internet!!!jajajaja

ARTURO dijo...

Hola Hector,

Me parecio apasionante, habia varias de estas crisis (las mas antiguas) que no conocia.
Las mas recientes las vivimos en carne propia y la 1929 es mundialmente famosa.

Justamente el pesimo manejo de esa crisis impulso los trabajos de Keynes y el surgimiento del estudio de la Macroeconomia, antes el concepto de que la economia a nivel pais funcionaba de manera diferente a las empresas en un contexto micro y solo regido por las leyes de mercado era un dogma, Keynes demostro que la economia en su conjunto se comporta muy distinto.
Como se menciona al principio del texto el sistema financiero ha ido aprendiendo de sus errores y ahora las crisis son mucho menos graves que lo que fueron inicialmente.

Que interesante texto, gracias por compartirlo.

Arturo

ALFONSO dijo...

Vine a tu blog desde un comentario que dejaste en el blog de Arturo, muy interesante por cierto!.
Creo que aûn, la economîa no es una ciencia, es mas bien un arte, y no sê si algûn dîa voy a poder comprender cabalmente algunas acciones y reacciones de la economîa (o, mâs precisamente, de La Economîa, la economîa americana).

Vengo siguiendo, por mi formaciôn en informâtica, la famosa burbuja de las dot.com, y nunca, en el momento en que esta estaba en su apogeo, pude entender como funcionaba, como la gente creîa en los valores astronômicos que de un dîa para otro tenîan empresas salidas de la nada, y que, aparentemente, por tener una "idea ganadora", veîan el valor de sus acciones por las nubes.

Para mî siempre fue una mentira, y me parece raro que la gente lo haya creîdo asî, quizâs esto sea en parte por mi educaciôn "humanista", pero los valores ilôgicos e irrreales, que tenîan las empresas mostraban, la mentira de la economîa americana. Las empresas se vendîan y compraban (Mergers & Acquisitions, una carrera en boom en esa êpoca) intercambiando simplemente papeles, y no poniendo absolutamente nada, era como si los niños jugaran a comprar y vender cosas con dinero de mentira, de juguete. Asî les fue. Recuerdo que Intel, una empresa, genuinamente grande, en 1980 tenîa ingresos de apenas unos millones de dôlares, y digo "apenas", ya que los valores de las empresas fueron luego de miles de millones, y veîamos que sus ingresos eran de "apenas" unos millones de dôlares. Cuânto mâs las famosas B2B, B2C o C2C !!.
Una empresa que siempre fue puntera en el negocio de Internet, y que realmente genera ganancias, por sus cualidades innovadoras, es Amazon. Un saludo !

ARTURO dijo...

Alfonso,
Yo llegue a Canada en 2002, tambien me dedico a la informatica y en ese a&o todavia el sector estaba muy deprimido en Canada por el colapso de las empresas 'dot com'; Nortel estaba colapsado, CGI habia despedido a muchisima gente (miles), fue muy dificil conseguir empleo.
Ese tipo de crisis afectan mucho a la gente.
Creo que a ustedes tambien les pego el famoso efecto tequila en 1995, no es asi?

Saludos
Arturo

ALFONSO dijo...

Hola Arturo (perdôn Héctor por abusar de tu blog :), es cierto que en 1995 hubo una crisis "mundial", a nuestro paîs la afectô poco (en el bolsillo de la gente) ya que el presidente de entonces liberô las tarjetas de crêdito, con lo cual todo el mundo se endeudô y la pateô para adelante. En ese momento los intereses que cobraban las tarjetas eran increîbles, pero no se parô la economîa.
Cuando sî se parô la economîa fue en el año 2002, cuando hubo una corrida de los bancos en Argentina y muchos de los depositantes tenîan su dinero en Uruguay, con lo cual lo sacaron de los bancos urugayos, provocando que varios bancos tuvieran que ser cerrados (en Uruguay). Esto efectivamente paralizô la economîa uruguaya, ya que la mayorîa de las empresas, y mucha gente, trabajan con cheques. Al cerrarse los bancos, ademâs de no poderse emitir cheques, contra esos bancos, ni retirar dinero, la poblaciôn quedô en un impasse, esperando a ver las señales. Esto durô aproximadamente un mes. Luego de esto, ya que prâcticamente no habîa circulante, vino, se dice, un dinero de EE.UU. y de a poco se empezô a reactivar la economîa. Los bancos que fueron cerrados preventivamente no volvieron a ser abiertos, ya que no tenîan dinero como para funcionar. Obviamente, los ahorristas, pequeños y grandes, perdieron su dinero, aunque se les dice, aûn ahora, por parte del gobierno, que "se estâ investigando" y por lo tanto, la esperanza sigue.
Es muy dificil decir donde se iniciô esa corrida, ya que aparentemente fue en Argentina, pero a su vez, los bancos argentinos, y los uruguayos, tenîan gran parte de su dinero colocado en "paraisos fiscales" como las islas caimân y siguiendo la investigaciôn, ese dinero estarîa en EE.UU. u Holanda.
Mi humilde opiniôn es que EE.UU. necesitaba circulante y generô de alguna manera estos movimientos para hacerse de efectivo.
Creo que la economîa no puede crecer indefinidamente e ilimitadamente y EE.UU. (como otros grandes paîses, p.ej. Francia) tienen una deuda (per câpita, y como paîs) muchîsimo mayor que por lo que pueden responder, y cada tanto se les impone un "balance" y pasan estas cosas. Ahora mismo, en EE.UU. el gobierno saliô a ayudar a los bancos (y empresas que daban preŝtamos para casas), ya que la gente no podîa pagar el "mortgage" (algo mâs de 1 millôn de casas), pero esto no es casual, sino que se debiô a que las empresas daban prêstamos muy blandos inicialmente, y a los 3 o 4 años sube la cuota, y obviamente el crecimiento econômico no acompañô a las previsiones de estas empresas. Es una carrera en que a las empresas se les exige cada año un crecimiento X, nunca inferior al que tuvieron el año anterior, y eso muchas veces no es posible cumplir. Se supo recientemente que Dell, una empresa genuina,y que tiene un crecimiento genuino, habîa "disfrazado" sus ganancias de los ûltimos años para cumplir con las previsiones del dios Mercado. El porcentaje de ganancias que "dibujaron" fue muy poco, es una empresa aparentemente saneada, pero de todas maneras, se hace muy dificil saber realmente el êxito o no de estas empresas, y de la economîa en sî.

Anónimo dijo...

¡Hola a todos!

Me pregunto si lo siguiente contará como una crisis económica importante, ¿ustedes como profesionales del ramo, que opinan?

Saludos

E.J.

PD. Lamento arruinarles el sueño AmeriCANaDiense
***
http www revistavertigo com historico 12 3 2005 reportaje4 html

Sábado 1 de Septiembre del 2007

La venta de Banamex

Crimen perfecto

mario di costanzo

Con este vergonzoso historial de negligencia, corrupción y conflicto de intereses el 17 de mayo de 2001 Roberto Hernández, principal accionista de Banamex, anunció la decisión de vender el grupo financiero Banamex al gigante financiero Citigroup en 12 mil 500 millones de dólares

Mayo de 2001 ha quedado registrado en la historia financiera del país como el mes en que las propias autoridades mexicanas permitieron la ilegal e inmoral venta de uno de los bancos más grandes de lo que alguna vez fue el sistema bancario nacional.

La venta de Banamex fue la síntesis del costoso fracaso en la estrategia implantada en 1995 por el gobierno federal para rescatar a los bancos. La negligencia, la corrupción, los conflictos de intereses y el costo fiscal generado a los contribuyentes mexicanos, como resultado de las acciones llevadas a cabo principalmente por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y por el Fobaproa —que fue el instrumento que las autoridades utilizaron para salvaguardar los intereses de los accionistas— estuvieron presentes en la multimillonaria operación por medio de la cual el gigante estadunidense Citigroup adquirió al Banco Nacional de México (Banamex).

Para corroborar lo anterior sólo basta recordar que con el lema de proteger el ahorro de los mexicanos y de asegurar que la banca permaneciera bajo el control de accionistas nacionales, el gobierno federal utilizó al Fobaproa para llevar a cabo el rescate bancario, y a diez años de distancia el balance se resume en lo siguiente: una deuda que sobrepasa los 700 mil millones de pesos y casi 90% de los activos bancarios en manos de extranjeros.

La ilegalidad en el rescate de Banamex parte del hecho de que el propio trabajo de investigación ordenado por el Congreso mexicano en 1998 y conocido como Informe Mackey revela que el banco no requería de los apoyos financieros otorgados por el Fobaproa en virtud de que su índice de capitalización (situación financiera) era aceptable de acuerdo con los estándares establecidos por las normas de la época.

El diagnóstico fue confirmado años más tarde por el órgano interno de control del propio Instituto de Protección al Ahorro Bancario (ipab), mejor conocido como “el hijo del Fobaproa”, y por la Auditoría Superior de la Federación, que inclusive manifestó la necesidad de descontar de la deuda que el gobierno tiene con Banamex nueve mil 600 millones que fueron producto de operaciones consideradas ilegales, lo que originó que el Ejecutivo federal interpusiera una controversia constitucional contra la Auditoría Superior de la Federación, misma que diseñó Luis Mancera Arrigunaga, actual procurador fiscal y primo de quien fuera director del Fobaproa, Javier Arrigunaga.

A pesar de lo anterior, entre 1995 y 1997 el Fobaproa otorgó apoyos a este banco a través de la compra de cartera (créditos) “chatarra” por aproximadamente 50 mil millones de pesos a valor histórico, y que actualmente ascienden a casi 80 mil millones, que es la deuda que el gobierno federal y por lo tanto los contribuyentes tenemos con este banco ahora bajo control de Citigroup.

En este punto surge la pregunta: ¿por qué se otorgaron apoyos gubernamentales si el banco no lo requería?

Una parte de la respuesta se encuentra en el hecho de que los que tomaron la decisión de permitir la entrada a la “fiesta” a Banamex fueron los miembros del Comité Técnico del Fobaproa, entre los que se encontraban Javier Arrigunaga, en ese entonces director de Fobaproa y actualmente director de Operaciones de Banamex; Francisco Gil Díaz, quien años después se desempeñaría como director general de Avantel y actualmente es el secretario de Hacienda; Jonathan Davis, actual presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y quien fungía como tesorero de la Federación y en tal carácter con su firma avaló la deuda adquirida por el gobierno, y finalmente Guillermo Ortiz, actualmente gobernador del Banco de México, entre otros como el propio Eduardo Fernández, entonces presidente de la Comisión Nacional Bancaria.

Así y con este vergonzoso historial de negligencia, corrupción y conflicto de intereses el 17 de mayo de 2001 Roberto Hernández, principal accionista de Banamex, anunció la decisión de vender el grupo financiero Banamex al gigante financiero Citigroup en 12 mil 500 millones de dólares (125 mil millones de pesos) en una operación que se llevaría a cabo a través de la Bolsa de Valores y por lo tanto estaría exenta del pago de impuestos.

La operación

Inmoralidad: la inmoralidad de la operación se manifestó en el hecho de que el principal accionista de Banamex dejaría en manos de extranjeros a la más grande institución bancaria de ese momento, a pesar de que uno de los objetivos del rescate bancario había sido “asegurar que la banca quedara en manos de mexicanos”, además del hecho de que desde ese entonces se conocían ampliamente las dudosas prácticas bancarias de Citigroup en el resto del mundo, muchas de ellas relacionadas con el lavado de dinero, y la especulación en el mercado accionario —de hecho Citigroup, a través de su representante para Latinoamérica, Amy Elliott, había asesorado y facilitado los servicios del banco a Raúl Salinas de Gortari para realizar las dudosas operaciones que se detectaron y cuyo destino final fueron cuentas confiscadas por las autoridades suizas por sospechas de origen ilícito.

Más aún, Citigroup ya había sostenido entre 1999 y 2000 un litigio contra el ipab, debido a la intención de este último de prepagar unos pagarés del rescate bancario adquiridos por el gigante financiero como resultado de la adquisición en 1998 de Banca Confía, cuyo ex dueño, Jorge Lankenau, estaba preso por el delito de fraude. La intención de prepagar la deuda por parte del ipab se basaba en el hecho de que la tasa de interés de los pagarés firmados por el Fobaproa era demasiado elevada y convenía más a las finanzas públicas liquidarlos. Al respecto es pertinente mencionar que en ese momento sólo los intereses de los pagarés de Fobaproa le permitían a Citigroup financiar la totalidad de su gasto de operación en México; por ello, el gigante financiero mundial se oponía a que el ipab prepagara los mencionados pagarés.

De esta manera resultaba absurdo por sus antecedentes en México y en el mundo que Citigroup garantizara a las autoridades mexicanas la “solvencia moral” para adquirir el banco más grande del país y adueñarse así, él solo, de la cuarta parte de activos bancarios totales del país.

Ilegalidad: las autoridades financieras de Hacienda, cnbv y Banco de México por ley estaban obligadas a emitir una opinión al respecto. De hecho, para el tratamiento fiscal de la operación se requería la opinión particular de la shcp, que no dudó para establecer la exención fiscal en la venta del banco.

Sin embargo, desde un principio sostuvieron que se “trataba de un asunto entre particulares”, más aún cuando algunos legisladores del prd manifestaron su desaprobación a la operación. De hecho, existió una campaña oficial de “mentiras” por parte de los altos directivos de Banamex y del propio Roberto Hernández para convencer a la opinión pública y a los legisladores de las bondades y ventajas para México de este gran negocio.

Esta campaña estuvo fuertemente apoyada por las relaciones que a favor de la operación instrumentó el ahora ex presidente de la Asociación de Bancos de México (abm), Manuel Medina Mora, quien utilizó todas las influencias que tiene en el ámbito financiero y que fueron apoyadas desde la vertiente política por los nexos familiares con Eduardo Medina Mora, actual director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (cisen).

Antes como ahora, pues, Medina Mora ya sobresalía por aparecer implicado en acontecimientos que siempre tienen una característica fundamental: provocan una y otra vez el recelo de los más diversos sectores sociales.

Medina Mora lleva más de 33 años en Banamex, por lo que, desde la célebre “nacionalización” bancaria lópezportillista, ha visto y participado para que dicha institución pase de manos privadas al gobierno, de regreso al sector privado y luego quedar bajo control de la banca extranjera.

Con él en su cúpula directiva Banamex sobrevivió a la crisis de 1995, resultó el banco más favorecido por el Fobaproa (según la Auditoría Superior de la Federación los beneficios irregulares que obtuvo alcanzaron casi 21 mil 177 millones) y se vendió luego a Citigroup.

No hace mucho, por cierto, se tomó la molestia de “aclarar” que el saldo de la deuda del Fobaproa suma casi 900 mil millones de pesos pero de tal cifra la cartera en poder de Banamex, Bancomer, Banorte y hsbc (antes Bital) representa “menos de 15%”: como quien dice, unos humildes cien mil millones de pesos.

Vale la pena recordar también que llegó a la presidencia de la entonces denominada Asociación Mexicana de Bancos (abm) en abril de 2003 precisamente en medio de un escándalo que puso de nuevo bajo los reflectores al rescate bancario: cuando se debatía el arraigo del ex presidente de la cnbv, Eduardo Fernández, bajo cargos de violación al secreto bancario, abuso de autoridad y delincuencia organizada.

Un asunto en el que no faltó quien afirmara que poderosos grupos financieros accedieron entonces a la designación de Medina Mora para encomendarle la tarea de silenciar el escándalo de aquel momento.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, sin duda fue a todas luces ilegal considerar la operación como un asunto entre particulares. No hay que olvidar que entre 1995 y 1997 el gobierno había rescatado a Banamex con dinero público, luego entonces el banco existía debido a los apoyos otorgados por el gobierno. De hecho, en mayo de 2001 Banamex tenía pagarés de Fobaproa registrados en su “activo contable” por 73 mil millones de pesos (pagarés a cargo del gobierno federal y los contribuyentes), cantidad que representaba 58% del valor total de la venta (125 mil millones de pesos). Esto significaba, en otras palabras, que sin los pagarés del Fobaproa el grupo financiero Banamex no hubiese podido ser vendido en ese precio, o bien, que 58% del valor del banco era “gracias al apoyo gubernamental que se había dado para que el banco no quebrara y estuviera a salvo el dinero de los ahorradores mexicanos.

Pero supongamos, tan solo por un momento, que contrario a lo que se menciona en diversos documentos oficiales, Banamex efectivamente “sí requería apoyos financieros en 1995 para impedir su quiebra”.

Este escenario es aún más grave, pues la realidad nos muestra que Banamex nunca quebró. Más aún: se vendió mucho tiempo después a un muy buen precio; luego entonces, no se vio en la necesidad de usar los “apoyos preventivos” que el gobierno federal le otorgó a través de las operaciones de compra de “cartera chatarra” para salvaguardar el interés y dinero de sus clientes, por lo anterior tenía la obligación de devolverlos al gobierno federal, puesto que se había visto en la necesidad de utilizarlos. Sin embargo, no sólo no los devolvió sino que además los vendió y los accionistas se quedaron con el dinero, lo que equivale a un gran fraude.

El ganón

En otras palabras, es como si te lastimaras un pie y el gobierno te prestara una “muleta” para caminar, pero nunca la utilizaste dado que el daño en tu pie no fue tan grave y pudiste caminar solo; luego entonces, tu obligación es devolver la “muleta”. No obstante, cuando el gobierno te pide la muleta que te había prestado contestas que ya no la tienes, que la vendiste, pero que además te quedaste con el dinero.

Finalmente es conveniente mencionar que este fraude no fue castigado, pues los que diseñaron la estrategia del rescate bancario en 1995, es decir, los integrantes del Comité Técnico del Fobaproa, son las mismas personas e instituciones que hoy presiden las instituciones que tienen la obligación legal de emitir los juicios correspondientes.

Más aún, Luis Mancera Arrigunaga, el actual procurador fiscal de la Federación, y en tal carácter abogado de la nación en materia fiscal y financiera, es primo hermano de Javier Arrigunaga (ex director del Fobaproa) y actual director de Operaciones de Banamex. De hecho el propio Luis Mancera se desempeñó en alguna época como director jurídico de Avantel, empresa que formó parte del Grupo Banamex.

Por ello resultan obvios los conflictos de interés que impiden e impidieron la censura del rescate y posterior venta del banco, en otras palabras, el caso Banamex-Citigroup se puede calificar como el “crimen perfecto” porque los acusados se convirtieron en los jueces, y los asesinados fueron millones de mexicanos.

Todo este panorama muestra con claridad el tinglado de vínculos directos o relaciones trianguladas entre poderosos grupos empresariales, autoridades financieras y representantes de gigantescos intereses económicos que ha impulsado una serie de transacciones cuyo principal beneficiario resulta, desde cualquier ángulo que se vea el asunto, ni más ni menos que el ahora titular saliente de la abm.

Porque éste ha sabido sobrevivir así a los espinosos vaivenes del sector, escalando con febril ambición peldaño tras peldaño en la jerarquía bancaria y ubicándose hoy —sin dejar la dirección de Banamex— como director general para América Latina y México de Citigroup, uno de los bancos más importantes del mundo.

Y no hay duda: el mismo Manuel Medina Mora es hoy, también, uno de los banqueros más versátiles del sistema financiero internacional.

Anónimo dijo...

Hey licenciados: ¿estaremos viendo el nacimiento de una nueva crisis?. ¿Que opinan?

Saludos.

E.J.
***
http://www.jornada.unam.mx/2007/09/02/index.php?section=opinion&article=022o1pol

Usted está aquí: domingo 2 de septiembre de 2007 ? Opinión ? Bajo la Lupa

Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme

EU: recesión inminente y la quiebra del casino con sus “locos”

Los ministros de la Corte José Gudiño, Salvador Aguirre, David Góngora y Mariano Azuela se despiden de Felipe Calderón a su salida de San Lázaro, donde entregó al Congreso su primer Informe Foto: José Carlo González

Larry Summers, anterior secretario clintoniano del Tesoro, anunció la inminente recesión en Estados Unidos; da igual si se trata de una severa desaceleración, el efecto adverso será similar para el “México neoliberal”.

El fantasioso Felipe El Breve pretende sortear la “tormenta perfecta” que se avecina mediante su férreo control multimediático de corte totalitario, la militarización fascistoide y sus campañas mercadotécnicas fastidiosas que solamente creen los cándidos, los desinformados y a quienes conviene a sus intereses.

El inmaduro Felipe Calderón, quien todavía no es apto para gobernar un país como México, menos en la presente coyuntura, no exhibió resultados tangibles en sus nueve meses de incierta cuan lúgubre gestión. En una evaluación rigurosa, todos los rubros son notoriamente negativos, desde la seguridad y la migración, pasando por las finanzas y el empleo, hasta la ingobernabilidad y la reforma apremiante del Estado (que incluye la abolición del fraudulento y fétido Instituto Federal Electoral), sin contar la deliberada debacle petrolera.

El único punto a su favor es la reconstrucción de las relaciones con Latinoamérica, después del desastre en que las dejaron Jorge Castañeda Gutman, el peor canciller de la historia moderna mexicana, y Vicente Fox, el destructor de la incipiente democracia y la riqueza petrolera. Pero la reconstrucción de las relaciones, que buscan su legitimación en Latinoamérica (ausente en su caótica toma de posesión militarizada), es insuficiente para salvar a Felipe Calderón de su arrinconamiento multidimensional, del que no se sale con arranques furibundos a los que suele ser proclive.

Al contrario, el brujo-aprendiz y mendaz Felipe Calderón, en su clásico estilo rijoso y locuaz como Vicente Fox (ambos, a final de cuentas, panistas medievales), se refocila en poder sortear los “vendavales del norte”.

Pronto será una vez más desmentido (por desgracia, con un alto costo para el país), cuando los factores exógenos del estallido de la “burbuja Greenspan” lo reduzcan en su verdadera dimensión exigua y, quizá, hasta lo eyecten de Los Pinos, donde está haciendo sus pininos.

No solamente están quebrados los apostadores de “instrumentos financieros exóticos”, es decir, la parasitaria plutocracia bancaria de Wall Street, sino también su casino: la Reserva Federal, y el gobierno bushiano.

Ahora Moneynews.com (28/08/2007) nos informa a destiempo que el “principal problema de la deuda hipotecaria es que está oculta (¡súper-sic!)”.

El problema no consiste en si la Reserva Federal puede rescatar a la banca insolvente que prohijó, sino más bien en quién salvará de las hogueras del infierno al casino centralbanquista-alquimista y a su gobierno bushiano totalmente quebrado, como habían señalado pulcramente hace un año la Reserva Federal de San Luis y Laurence J. Kotlikoff (ver Bajo la Lupa, 19/07/2006) y que ya habíamos prevenido desde el 15/11/2004.

El imprescindible Ambrose Evans-Pritchard (The Daily Telegraph, 28/08/2007) apunta que Larry Summers “advirtió sobre el riesgo de algo mayor a lo visto después del 11/9 y que Estados Unidos se encaminaba hacia una recesión. El ex secretario clintoniano del Tesoro, además de misógino en su etapa ejecutiva en la Universidad de Harvard, alertó que sería “muy (sic) prematuro juzgar que la crisis haya concluido (…) Diría que los riesgos de recesión son ahora mayores que cualquier periodo desde el 11/9”.

Alrededor de 2.2 billones de dólares de papel comercial de Estados Unidos se encuentran prácticamente en quiebra, mientras John Bogle, fundador de Vanguard y ultrafanático del “mercado”, admite a regañadientes en CNBC (29/08/2007) que existía ahora 75 por ciento de probabilidad de una recesión en Estados Unidos.

El jefe de la sección económica de The Financial Times (28/08/2007), Martin Wolf, uno de los mayores fanáticos de la desregulada globalización financiera de la parasitaria plutocracia neofeudal, reclama que los “bancos centrales no deben rescatar a los locos (¡súper-sic!)”. Es cierto: a los “locos” se les trata, no se les rescata. Se nota que nunca aconsejó a los todavía más vesánicos cordobistas Ernesto Zedillo y Guillermo Ortiz Martínez sobre el demencial Fobaproa/IPAB que hundió a México.

Aduce que “esta vez los genios (sic) parecen haber creado la ‘crisis de los limones’, según el ensayo aplaudido de George Akerlof, laureado Nobel de Economía”, publicado en Quarterly Journal of Economics (1970), que puede desembocar en la “desaparición entera (¡súper-sic!) del mercado”, debido a la “asimetría de la información”.

Wolf, uno de los mayores apologistas de la desregulada globalización financiera, tardíamente se percata de que el mercado de los derivados constituye “armas financieras de destrucción masiva”, como los había calificado Warren Buffett. Considera que el rescate de la Reserva Federal puede “casi (sic) nacionalizar el sistema financiero. ¿Cuál “casi”, si los entes dizque privados y subsidiados, es decir, parasitarios, quebraron y han sido rescatados con fondos públicos de los ciudadanos, quienes siempre resultan los grandes perdedores de esta nueva tiranía financiera posmoderna?

La calamidad de los bancos centrales del G-7 es que se convirtieron en pepenadores de la inmundicia financiera global que crearon. En pleno pánico, los inversionistas han corrido en estampida a refugiarse en los Bonos del Tesoro de Estados Unidos. La molestia de los pánicos es que pueden provocar infartos masivos al miocardio cuando ya ninguna inversión será redituable. ¿Vale la pena poner en riesgo su propia vida? Pues sí: para los “locos” del “mercado”, la codicia puede más, porque se creen inmortales.

Para Wolf la “dificultad no radica en la ausencia de liquidez generalizada” ni en una “crisis generalizada de los empréstitos”, sino en una “crisis en el mercado por los limones financieros”, en alusión a la tesis de Akerlof.

Todas las tesis académicas, muy sesgadas y parciales, que hasta ahora han sido escritas sobre la “burbuja Greenspan”, ocultan la realidad geopolítica detrás de la creación de los derivados durante el unilateralismo unipolar estadunidense, mediante los cuales se apoderó durante casi dos décadas de las joyas estratégicas de los países valetudinarios: el “caso México” y el “efecto tequila” desencadenado por Goldman Sachs, que desembocó en la captura de la banca nacional. Y esto nadie lo está diciendo.

Porque los “locos del mercado” de Wolf tampoco son tan suicidas y esperaban capturar la riqueza petrolera de Irak con el óptimo método de los derivados financieros. Pero 20 mil guerrilleros sunitas de la antigua Mesopotamia les echaron a perder su “juego” al propinarle una severa derrota militar a la dupla anglosajona. Allí, a nuestro humilde entender, se escribió uno de los principales capítulos sobre el destino de los derivados y el “mercado de los locos”.

El mayor problema no es fiscalista ni monetario, sino filosófico: versa sobre la naturaleza del sistema capitalista que se convirtió en una invisible dictadura financierista de la parasitaria plutocracia bancaria del G-7 y que ya no puede ser sostenida por su otrora poderosa maquinaria bélica. Lo demás es literatura barata.

Hector Torres dijo...

Bueno, primero una disculpa por no haberles contestado antes, pero no había tenido el tiempo de dar una buena respuesta a todos los comentarios tan buenos e inteligentes que han posteado.

Arturo:

Te felicito, para ser informático estás muy bien informado de cuestiones económicas, más que muchos contadores que conozco y eso es decir mucho.

Espero que los comentarios que haré no les parezcan demasiado "radicales" o "complotistas", pero bueno, después de leer a tantos articulistas de distintas corrientes, estas son las conclusiones a que he llegado, que igual podrán ir cambiando en el tiempo, pero por ahora esta es mi verdad:
El sistema económico actual esta diseñado por un puñado de personas que controlan las finanzas mundiales. Los bancos centrales son el eje de dicho control económico y quien controla el dinero, controla lo demás. El FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial es el eje director de las políticas económicas internacionales y nacionales, interviniendo a través de los "prestamos" otorgados a todos los países. Las crisis son "creadas", no son dadas por malos manejos económicos, por que el sistema lo rige quien lo creo y quien lo conoce a la perfección. Lo que hacen las crisis es la transferencia de la masa monetaria de los mas a los menos, produce en cierta manera un robo "legal", un despojo de los recursos que ahorran una mayoría clase mediera en todos sus niveles, hacia los centros económicos, obviamente acrecentado en el las riquezas de los menos y por lo tanto su poder e influencia en la política mundial. Otra vez, las crisis lo que hacen es hacer al rico mas rico y al pobre mas pobre. Los mercados bursátiles son manejados a través de información privilegiada que solo esta elite dirigente conoce y maneja para su beneficio y en perjuicio de los, demás "mal informado" (así se dice cuando la gente pierde su dinero en la bolsa, ganándolo los ya tan mencionados).

Alfonso:

Gracias por tus comentarios.
Me encanta ver como hay conocimiento en las personas que hacen sus aportaciones, realmente esto me motiva a seguir escribiendo de estos temas, aun cuando el tema central de este blog sea "explorando Montreal".
Es interesante saber como sucedió la crisis argentina, por que creo que más o menos es lo que sucede en la mayoría de las crisis latinas. En cuanto al problema de los créditos "subprime" en los EEUU, solo una acotación, no son 1 millón, son 3 millones de créditos que se estiman no puedan ser pagados, y esto se dio como con todo este tipo de movimientos por una burbuja inmobiliaria "creada" por falsas expectativas de crecimiento económico, y por las bajas tasas de intereses, entonces cuando las tasas llegaron al 1% todo mundo decía "es momento de endeudarse!!!!, bueno eso es "correcto" para el deudor si negocia tasas fijas por 20 años a esos niveles de tasas, eso seria extraordinario, por contrapartida esto no seria así para el prestamista, ya que al aumentar las tasas al prestamista le sube el costo del dinero y seguiría cobrando lo mismo al deudor, recuerden que este viene siendo un "juego suma cero" en términos generales, claro que si tomamos en cuenta la productividad es otra cosa, pero en general los recursos (de cualquier tipo, incluyendo el dinero) son limitados. El juego suma cero significa, que cuando alguien gana, alguien pierde, el resultado final global es cero.


Anónimo:

Buenos los artículos que plasmas.
Un punto que quisiera comentar es que nos gustaría no tener anónimos, es decir, que las personas que participan en el foro, firmen sus comentarios para así poder dirigirnos a alguien y no a un anónimo.

También estoy de acuerdo en lo que se plasma en los artículos, sin embargo, el lenguaje a veces usado tipo comunistoide como que demerita el contenido, en lo personal trato de evitar eso por que lo hace menos creíble, sin embargo, la sustancia desde mi punto de vista es correcta.

Una cosa que siempre he criticado y que nunca se comenta abiertamente, es de donde sale el dinero para los rescates bancarios??, siempre es de los contribuyentes, y los beneficiados son los grupos financieros, bueno, nada que no sepan ustedes, ya que el gobierno compra la cartera mala, los créditos incobrables a los bancos, pero también se dan muchísimas irregularidades, vendiendo créditos que si son pagables, para beneficiar a los grupos empresariales, a los del grupo en turno, y entonces terminamos pagando créditos de los empresarios para que se hagan mas ricos todavía. Y esto no me lo cuentan, yo trabaje en Bancomer, 4 años y precisamente en el área de crédito, la cual deje entre otras cosas, por no ser participe de este tipo de corrupción. Tal cual lo que se dice en el articulo del fobaproa así fue.

En cuanto a lo de Banamex, pues que te puedo decir, solo que Citigroup es uno de los principales bancos lavaderos del narco. El narco reina en México. Citigroup esta en su mercado. Creo que no es necesario decir mas.

Disculpen si me extendi demasiado.

Un saludo.

ARTURO dijo...

Hey Hector!

No soy informatico de formacion, los azares de la vida me lanzaron a esta actividad (de algo hay que vivir, no?), mi carrera de origen es Matematico (de la UNAM), siempre me han apasionado las ciencias sociales y estoy haciendo una maestria en McGill, 'Management and International Business', varias de mis materias son sobre Economia, Comercio y Finanzas.

Por eso tengo cierta idea de estos ausntos, claro que no soy ningun experto.
Arturo

Hector Torres dijo...

AAAHHHH!!!!

Ya lo decia yo, demasiado bueno para ser autodidacta, jajajaja.

En realidad se ve que conoces, y por eso es que me extrañaba por la profesion que decias tener, pero pues haciendo una maestria y en MCGILL, pues ya son palabras mayores.

Mejor me voy cuidando de las sonseras que diga. ;)

Oye, pues creo que pudiera ser muy interesante echarnos unas heladas y platicar tratando de resolver los problemas de la humanidad, no crees?? :)

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Hola Héctor!

Muchas gracias por leer los artículos que considero complementan un poco el tema que está tratando.

Lamento mucho que la fuente sea -bajo su percepción- de retórica comunista y de poca credibilidad, pero he encontrado en las bitácoras de mensajes internéticas material de calidad para entender un poco mejor lo que los medios oficiales y comerciales callan y distorsionan.

Con respecto a mis contribuciones anónimas deseo decirle que siempre firmo al calce de mi mensaje mis aportaciones. Yo me sentí interesado de su recién estrenada bitácora de mensajes cuando nos invitó a enriquecernos y a participar desde la comunidad MEXICANOS INMIGRANTES E INMIGRADOS EN CANADA, y al momento me parece innecesario registrarme en otra base de datos con fines de identificación. Yo creo profundamente de que más allá de ser un crimen, el anonimato es un derecho de las personas.

Pero la tecnología de mensajes por bitácoras tiene múltiples configuraciones, y si usted se siente incómodo con el contenido de mis aportaciones o mi intimidad cibernética, puede filtrar los contenidos publicados y así moderarlos.

Después de leer su comentario me surgió una enorme duda del español: el sufijo ~iode (de comunistoide, facistoide) me dejó muy intrigado, así es que me puse a investigarlo y me encontré con una enorme sorpresa:

En un sitio encontré que: El sufijo "oide" significa "con forma de" o "similar a" (ej.:, ovoide, romboide). Puede percibirse como peyorativo por algunos usos que se le da ("intelectualoide"), pero no lo es necesariamente.

Ahora puedo usar el sufijo para indicarle que acabo de leer un artículo muy interesante en un sitio pejoide y me gustaría mucho poder compartirlo en esta comunidad, espero que la retórica usada en este artículo sea más adecuada que la usada en mis últimas dos exposiciones anteriores.

Saludos.

Firma: E.J.

PD: El artículo de Banamex lo rescaté del caché de google hace un mes, porque fue eliminado del sitio que lo publicó. (En adelante muy pocos podrán leerlo)

PD2: Recomiendo leer los siguientes artículos:

(-) DE NUEVO : LA CRISIS ECONÓMICA QUE SE AVECINA

(-) El dólar, a merced de China: hacia el nuevo orden geofinanciero mundial

(-) La huelga del espagueti


***
Septiembre 07

Editorial

Desatada una grave crisis financiera en las últimas semanas

Diez ideas para entender la crisis financiera, sus causas, sus responsables y sus posibles solucione

escrito por Juan Torres López

Tengo la impresión de que la mayoría de los ciudadanos se sienten confusos ante la crisis que se ha desatado en las últimas semanas. A la vista del esfuerzo financiero desplegado por los bancos centrales deben intuir que se trata de una crisis muy seria. Y a tenor del efecto que tiene sobre sus bolsillos la subida de los tipos de interés, pueden percibir que va a hacerles más daño de lo que las autoridades quieren reconocer.

En cualquier caso, aunque todo el mundo habla de la crisis, hay muy pocas ideas claras que permitan a los ciudadanos corrientes y molientes saber a ciencia cierta lo que está pasando.

Habitualmente, los economistas ortodoxos y la mayoría de los dirigentes políticos nos quieren hacer creer que las medidas económicas que toman son siempre las más acertadas y que responden a criterios "científicos" y "técnicos" indiscutibles que no hay que poner en cuestión. Pero cuando las cosas no salen bien, como ahora, cuando todos los datos se descuadran, cuando las economías casi saltan por los aires , callan como si nada ocurriera.

Su silencio está dirigido a que nos creamos que lo que sucede es algo normal, que no pasa nada de relieve y que todo debe seguir, por tanto, exactamente igual que estaba. Evitan plantearlo como un problema "político" (que es lo que en realidad es) para los ciudadanos no nos pronunciemos sobre sus causas, responsabilidades y soluciones.

En mi opinión, la crisis de este verano es grave, mucho más profunda de lo que están reconociendo las autoridades económicas y, sobre todo, nada más que un anticipo de situaciones peores que están por llegar. la crisis de este verano es grave, mucho más profunda de lo que están reconociendo las autoridades económicas y, sobre todo, nada más que un anticipo de situaciones peores que están por llegar. Tiendo a creer que lo que está ocurriendo ahora es solo un aviso.

Conviene, pues, entender bien lo que ha ocurrido y lo que puede ir sucediendo en los próximos meses. Y para tratar de ayudar a entenderlo voy a apuntar algunas ideas explicativas básicas de la forma más sencilla e intuitiva posible, sin perjuicio de abundar más en ellas en otros trabajos posteriores más detallados.

Para facilitar su lectura omitiré datos y números así como referencias bibliográficas que, en todo caso, aún no son muy definitivos para saber con todo rigor lo que está sucediendo. Las cuestiones que principalmente me parece que hay que conocer para entender la actual crisis son las siguientes.

1. Es una crisis hipotecaria.

El origen inmediato de la crisis radica en el mercado hipotecario estadounidense.
Como es sabido, al calor de la enorme expansión del sector inmobiliario se generó una masiva oferta de hipotecas, de las cuales casi una quinta parte se concedieron a familias que apenas si tenían las rentas justas para pagarlas cuando los tipos de interés estaban muy bajos.

Cuanto se fueron produciendo subidas en los tipos y las hipotecas se fueron encareciendo comenzaron a darse impagados.

Esto afecta inmediatamente a los bancos que habían concedido estas hipotecas, pero dado lo que normalmente hacen con los títulos, la crisis se extendió.

Lo que sucede es que los bancos que conceden estas hipotecas venden, a su vez, los títulos hipotecarios en los mercados financieros. Esta es la forma en que los bancos convierten el endeudamiento familiar en un impresionante negocio porque no sólo van a recibir el dinero que prestaron más los intereses sino que, además, obtienen beneficios negociando los títulos de crédito.

El inconveniente es que, como ha pasado este verano, cuando comienzan a producirse impagos porque suban los intereses o porque disminuya la renta familiar, se genera un efecto en cadena que es el que provoca que la crisis se extienda.

2. Pero la crisis no es solamente hipotecaria: es una crisis financiera.

Cuando se firma una hipoteca se crea un título financiero. Un "pasivo" u obligación para el que debe el dinero y un "activo" o derecho para el que lo presta. que es el banco. Y lo que puede y suele hacer el banco, como acabo de señalar, es comerciar con ese activo. Por ejemplo, asegurarlo o venderlo.

La paradoja que lógicamente se produce entonces es que cuanto más riesgo lleve consigo un título será menos seguro y en principio menos atractivo, pero por eso se pagará más por él y resultará más rentable.

Esa es la razón de que los títulos "basura" (técnicamente llamados "sub prime"), es decir, los que tienen bastante riesgo porque se han dado a familias con poca renta, sean precisamente los más rentables y, en consecuencia, los más apetitosos para los inversores que, en principio, busquen preferentemente rentabilidad, que son aquellos más poderosos y que, por tanto, pueden asumir más riesgo.

Los bancos norteamericanos colocaron en el mercado millones de estos títulos que adquirieron bancos e inversores de todos los países.

Es por esa causa que cuando se desata la crisis hipotecaria se desencadena al mismo tiempo una crisis financiera, puesto que el impago creciente inicial afecta enseguida a la seguridad y rentabilidad de los grandes bancos y fondos de inversión internacionales . Cuando se ven afectados, no sólo pierden dinero sino que retiran sus fondos de los mercados hasta el punto de frenar o incluso paralizar los flujos financieros internacionales, en mayor o menor medida en función de la magnitud del "latigazo" original o de su participación en el montante de los fondos afectados.

Se produce así una crisis de liquidez, no porque "falten" medios de pago, sino porque se retiran. Esto ocurre porque hoy día la inmensa mayoría de los medios de pago son "ficticios", es decir, papeles financieros más o menos como los títulos hiptecarios que comenté arriba, que están vinculados principalmente a operaciones financieras de carácter especulativo.

3. Y además es una crisis que afecta a la economía real.

Aunque la crisis se desencadene inicialmente en el ámbito hipotecario, bancario o financiero, enseguida tiene efectos sobre la economía real (es decir, la que tiene que ver con la producción efectiva de bienes y servicios y no con "papeles" financieros).

El impacto sobre la economía real de esta última crisis se produce por tres razones principales.

En primer lugar, porque la crisis hipotecaria afecta lógicamente de modo muy directo al sector de la construcción que, como es bien sabido, ha sido una de las bases principales, cuando no la que más, de la expansión económica de los últimos años.

La inicial crisis hipotecaria producirá sin lugar a dudas desempleo no sólo en la construcción sino en las actividades que están relacionadas con el sector inmobiliario. Y eso permite aventurar que, sin lugar a dudas, nos encontramos desde que la crisis se empezara a manifestar incluso de manera latente, ante una nueva fase de recesión económica.

En segundo lugar, porque cuando se desata la crisis los bancos y los inversores reaccionan, como he dicho, retirando fondos del mercado y generando falta de liquidez. Los bancos ya no se prestan tan fácilmente entre ellos y, lógicamente, también reducen su oferta de créditos a los consumidores y empresas que necesitan recursos para gastar o invertir en actividades productivas.

Por lo tanto, la disminución de la liquidez en los circuitos financieros afecta a la financiación de la economía. El gasto total se resiente y, a su socaire, el conjunto de la actividad económica "real".

En tercer lugar, y como corolario de lo anterior, los bancos centrales se enfrentan a una dilema perverso: por un lado lo que hacen (como han hecho) es poner a disposición de los bancos cientos de miles de millones de dólares (con una generosidad de la que carecen cuando los afectados por las crisis son los más desfavorecidos del planeta). Pero, por otro, para favorecer la movilización del capital, suben los tipos de interés.

Esto último lo hacen porque el tipo de interés es, al fin y al cabo, la retribución que recibirán los propietarios del dinero cuando lo ponen en disposición de otros. Y al subirlos, lo que hacen los bancos centrales es a incentivar a los poseedores de recursos financieros para que vuelvan a colocar en los mercados los recursos que han retirado.

Pero la subida de los tipos de interés tiene un doble efecto. Por un lado, favorecen la movilización del capital gracias a su mayor rentabilidad. Pero, por otro, encarecen el casi siempre imprescindible endeudamiento de las empresas y de las familias. Lo primero enriquece a los propietarios del capital que actúan preferentemente en la economía financiera y lo segundo coadyuda de nuevo a que baje su inversión y su consumo, deteriorando como he dicho el conjunto de la actividad económica.

4. Es una crisis global.

Los flujos financieros son prácticamente los únicos que se puede decir que estén completamente globalizados hoy día. Todas las operaciones financieras se realizan a escala internacional y la inmensa mayoría de ellas pasando por los paraísos fiscales que se encuentran estratégicamente situados en todos los husos horarios del planeta con el fin de que no quede ni un segundo del día sin posibilidad de ser utilizado para realizar las transacciones.

Por eso, aunque la crisis se inicie en el mercado hipotecario de un país, en este caso de Estados Unidos, es completamente seguro que se extenderá por todo el globo terráqueo, puesto que los mercados financieros son globales y los bancos e inversores que adquirieron los títulos a partir de los cuales se desencadena el latigazo inicial de la crisis están y operan en todas las esquinas de la Tierra.

De hecho, lo más probable que esté ocurriendo es que mucho de esos bancos ni siquiera sepan todavía a ciencia cierta en qué grado están siendo afectados por la crisis. Las inversiones que realizan en los mercados financieros son cruzadas, muy opacas, de papel sobre papel y de estructura piramidal, de modo que el tenedor final de un título no sabe bien a qué operación financiera original responde lo que está comprando o tratando de vender en operaciones que las nuevas tecnologías permiten realizar e modo vertiginoso y anónimo.

Pero poco a poco se va a ir descubriendo que en la crisis están implicadas muchas más entidades bancarias (por ejemplo en España) de las que en un principio han reconocido estarlo.

5. Y quizá sea algo más que una crisis hipotecaria, financiera y global.

Lo que no sabemos aún de la presente crisis es hasta qué punto todo lo anterior ha generado una crisis de solvencia bancaria, algo que no hay que descartar ni mucho menos, al menos en algunos países como España.

Los bancos (y en general los grandes poseedores de recursos financieros) se han convertido en el eje torno al cual gira la vida económica. Vienen obteniendo ingentes beneficios y han realizado inversiones gigantescas alimentando la concentración bancaria y empresarial y la especulación financiera. Bien directa o indirectamente (gracias a su financiación) son los verdaderos protagonistas de las burbujas especulativas inmobiliarias de los últimos años, de las adquisiciones especulativas de empresas y de los vaivenes de las bolsas.

Pero ahora, la cuestión estriba en saber si, después de haber colocado sus reservas en tantas inversiones especulativas, en estos momentos estarían en condiciones de soportar una crisis de liquidez financiera, una drástica disminución de la capacidad de endeudamiento de las familias y las empresas, impagos más o menos generalizados, o una explosión de la burbuja inmobiliaria que redujera el valor contable de sus activos. Es decir, si ahora dispondrían de recursos suficientes para hacer frente a las demandas de efectivo o para proporcionar los recursos financieros que requiere la vida económica.

No es aventurado sospechar que esto puede estar ocurriendo y que la ingente aportación de liquidez que han realizado los bancos centrales haya tenido como fin tratar de paliar la irresponsabilidad bancaria de los últimos años.

De hecho, es sorprendente la falta de información, la opacidad y falta de transparencia con la que las autoridades económicas manejan la crisis. Sólo están preocupadas por quitarle importancia y porque no se publiciten sus peligros, que es justamente lo que conviene hacer para pasar de puntillas cuando lo que hay sobre la mesa es una crisis de solvencia bancaria.

Puede ser, por tanto, que lo que esté ocurriendo sea algo más que una crisis producida por una mala gestión puntual de cartera de los grandes inversores derivada de los problemas hipotecarios de las familias que genera, a su vez, una crisis de liquidez. Es decir, que nos encontremos con que, además de ello, se estuviera dando una crisis que afectara a la propia estructura patrimonial de los bancos, en cuyo caso la situación actual tendría, lógicamente, consecuencias más graves y a largo plazo.

En ese caso, nos encontraríamos ante una crisis gravísima que obligaría (para salvaguardar la rentabilidad y el status quo bancarios) a establecer una especie de "corralito global" o localizado según se diera, es decir, una inmovilización del dinero depositado en los bancos para favorecer (como se hizo en Argentina) la recuperación de la solvencia bancaria.

En mi modesta opinión, ésta última circunstancia no es del todo imposible ni descartable hoy día. Hay indicios de ello: las ampliaciones de capital de algunos bancos, la intensidad con que tratan de atraer fondos (por cierto, con activos de alto riesgo que podrían agravar en el medio plazo los problemas) y las demandas de algunos dirigentes políticos más sensatos para realizar algunos cambios en las reglas del juego que imponen los reguladores (los bancos centrales, principalmente) y que actualmente consisten en dar "barra libre" a los fondos de inversión más arriesgados y volátiles detrás de los cuales están los propios bancos.

Como se sabe, el funcionamiento del negocio bancario se basa en un principio muy simple: se recogen fondos ahorrados, se "reserva" una parte de ellos para hacer frente a la demanda de pagos y con el resto se hacen inversiones rentables.

Tradicionalmente, esas inversiones consistían en prestar el dinero a los inversores reales, es decir, a las empresas que crean bienes y servicios o a los consumidores.

Pero en los últimos decenios el negocio bancario ha cambiado y se dedica a colocar el ahorro, principalmente, en operaciones financieras especulativas.

Gracias al apoyo de los bancos centrales (que salen enseguida en su apoyo cuando lo necesitan) y al grado general de aceptación que tiene este estado de cosas, los bancos han podido aumentar sus negocios manteniendo una porción de reservas cada vez más pequeña, lo que lógicamente incrementa su rentabilidad, como viene sucediendo, pero aumenta agigantadamente el riesgo y disminuye su solvencia.

La consecuencia de todo ello es el extraordinario aumento de la inestabilidad del sistema y del riesgo que se asume y la pregunta que hoy día es inevitable hacerse es si en esa loca carrera hacia el beneficio no habrán llegado los bancos al paroxismo y al riesgo excesivo en los momentos actuales.

Este es un asunto que reconocen hasta los propios economistas liberales más sensatos y coherentes cuando critican el actual régimen del negocio bancario y proponen un sistema de reservas bancarias al 100% para evitar lo que podría llevar a un verdadero colapso económico.

Quizá sea demasiado atrevido afirmar que nos encontremos en esta situación, aunque yo no me atrevería tampoco a desestimarla.

En los próximos meses, o quien sabe si en pocas semanas, podremos ir descubriendo lo que efectivamente está pasando en el negocio bancario.

6. Es una crisis que tiene perjudicados

Las autoridades económicas suelen hablar de estas crisis como si fueran algo parecido a la avería de un mecanismo de fontanería o de un automóvil, sin hacer referencia a los millones de individuos que en realidad pagan con sus rentas, con su trabajo y con su seguridad y bienestar la irracionalidad del sistema financiero en que se soportan nuestras economías.

Como cualquier otra, esta crisis tiene unos claros perjudicados.

En primer lugar, los millones de personas que en Estados Unidos y en otros países han perdido o van a perder sus viviendas y sus ahorros. O sus rentas, puesto que no se puede olvidar que cada vez que los bancos centrales suben los tipos de interés lo que directamente se produce es un trasvase de rentas desde los bolsillo de las familias o empresas endeudadas al de los banqueros. Así de fácil.

En segundo lugar, las economías más débiles (como las de las periferias en África, Latinoamérica o las de los países asiáticos más empobrecidos) puesto que cuando se desata la crisis los capitales escasean y su falta se nota especialmente en los territorios que están más necesitados de inversiones y recursos. Y que son, además, los que hacen frente con más dificultad a intereses más elevados.

En tercer lugar, la actividad económica real, las empresas y empresarios dedicados a la producción efectiva de bienes y servicios que conforman, a su vez, un anillo marginal respecto a la inversión financiera. Lo cual es lo mismo que decir, que la crisis se paga en términos de empleo, actividad económica y creación de riqueza.

7. Pero la crisis tiene también unos claros beneficiarios.

No todo el mundo pierde con la crisis. Al revés, de ella saldrán fortalecidos los bancos y los grandes poseedores de capital.

Por un lado, hay que tener en cuenta que los bancos solo tienen en títulos arriesgados una parte pequeña de su negocio, de modo que la subida en los tipos de interés repercutirá favorablemente en su rentabilidad global.

Otro efecto de la crisis será que se concentrará mucho más la propiedad de los recursos financieros y económicos.

De hecho, ya ha pasado así con los activos inmobiliarios.

Los grandes promotores y constructoras y los bancos han acumulado cientos de miles de viviendas y terrenos que en gran parte han financiado gratis gracias a la burbuja que ellos mismos han contribuido a crear. Se calcula, por ejemplo, que los bancos han adquirido alrededor de la mitad del suelo urbanizable puesto a la venta en España en los últimos quince años.

Ahora que la crisis hipotecaria se desata volverán a acumular activos inmobiliarios puesto que serán los que cuenten con información privilegiada para comprar barato a familias en apuros o a los pequeños constructores con el agua al cuello. O, simplemente, los que no tengan el más mínimo apuro a la hora de ejecutar sus créditos frente a familias que no puedan pagarlos, quedándose con sus viviendas. Y si el Estado (como incluso se ha apuntado en Estados Unidos) da ayudas a las familias para que paguen las hipotecas, lo único que se estará haciendo será garantizar que los bancos sigan cobrando sus anualidades aunque con intereses más elevados.

Además de todo ello, cuando se produce la crisis financiera los poseedores de títulos que tienen menos cobertura (los pequeños o medianos ahorradores, los fondos de inversión con menos liquidez o los que hayan calculado peor el riesgo que debían o podían asumir) tratarán de vender a toda prisa los títulos "infectados", que serán adquiridos por los grandes bancos y fondos de inversión a precios de saldo, puesto que ellos pueden acumular títulos con rentabilidad más baja gracias a su cartera mucho más grande y a sus beneficios mucho más elevados.

Finalmente, el efecto de la crisis hipotecaria, de la crisis financiera y de la crisis real se traduce, como es lógico que así sea, en la rentabilidad empresarial y en las cotizaciones en bolsa de sus acciones. Y también en este mercado se producirán movimientos masivos de venta que serán aprovechados por los grandes inversores para acumular propiedades empresariales, concentrándose así el poder de los grandes bancos y grandes corporaciones sobre el conjunto de la economía.

La existencia de perjuidcados y beneficiados de estas crisis es lo que demuestra claramente que no son meras cuestiones "técnicas" sino auténticos asuntos políticos: son las autoridades políticas y económicas haciendo, no haciendo o dejando hacer son las que hacen que unos u otros sea perjudicados o beneficiados.

8. Es una es una crisis que quizá no sea fácilmente pasajera.

Como es fácil deducir de lo que vengo diciendo, una de las causas de la crisis actual (como de otras semejantes que se han producido en los últimos decenios) es que la economía mundial se ha volcado cada vez más hacia los intercambios financieros. En lugar de servir de instrumento para los intercambios de bienes y servicios, el dinero se ha convertido en un objeto del intercambio. Lo que se compra y se vende privilegiadamente son medios de pago, títulos financieros, papel por papel... Es lo que se ha llamado la economía financiarizada que es intrínsecamente inestable y propensa a las crisis (Un análisis más detallado en mi libro "Toma el dinero y corre. La globalización neoliberal del dinero y las finanzas". Editorial Icaria, Barcelona 2006).

A este tipo de economía se la ha calificado como "de casino" precisamente porque se basa en la especulación, porque en ella predomina el riesgo desmedido y la incertidumbre (a cambio, eso sí, de una extraordinaria rentabilidad) y eso lleva lógicamente a que las crisis se produzcan con inusitada frecuencia.

La generalización de la especulación financiera obliga a que los sujetos económicos estén continuamente caminando sobre la cuerda floja, sin una base real efectiva, como de puntillas. Pero, como dice un viejo refrán chino, ninguna persona puede mantenerse de puntillas mucho tiempo.

Por eso se sabía que la crisis hipotecaria iba a desencadenarse antes o después. Llegaría un momento en que las familias con rentas más bajas pero con hipotecas abusivas iban a no poder pagarlas. El nivel de endeudamiento que hoy día existe en la economía estadounidense, en la española o en muchas otras es sencilla y materialmente insostenible. Ha terminado saltando allí y saltará en los demás países.

La razón de por qué se ha consentido una situación abocada a la crisis es doble.

Por un lado, ya ha quedado dicho que la crisis no sólo tiene paganos, sino grandes y privilegiados beneficiarios. Y estos tienen el poder suficiente como para hacer que las transcurran a favor de sus intereses aunque sea a costa de crisis y problemas económicos para los demás.

Por otro, resulta que es imposible evitar este tipo de crisis en el contexto financiarizado y global del capitalismo neoliberal de nuestros días. Cuando salta la chispa se puede tratar de paliar, como han querido hacer los bancos centrales, se pueden poner remedios pasajeros, pero es inevitable que la llama se extienda por todas las economías y por todos los sectores de la actividad económica.

Todo eso quiere decir que el caldo de cultivo de la crisis actual no es una mera incidencia hipotecaria, que sería más o menos fácil de atajar, sino el modo de funcionar de la economía capitalista de nuestros días en su conjunto. Algo que es mucho más difícil de controlar, sobre todo, cuando no hay intención ninguna de hacerlo.

En consecuencia, si hubiera que apostar, yo más bien lo haría por unos meses largos de inestabilidad profunda, de sobresaltos y de pérdida de vigor económico. El sector inmobiliario, en primer lugar, saltará próximamente por los aires en los países, como España, en donde ha generado burbujas especulativas; y detrás de él, quizá algunos ámbitos del sector bancario y financiero. Tras de lo cual es inevitable que venga una nueva fase recesiva que puede ser duradera si no se adoptan medidas de choque rápidas y contundentes en forma, principalmente, de incremento del gasto.

Desgraciadamente, esto último no suele tener hoy día otra lectura que no sea la militar como factor antirecesivo, lo que me permite augurar que, si la crisis va a más, volverán a hacerse fuertes los tambores de guerra.

Ojalá me equivoque.

9. Es una crisis avivada y consentida por los bancos centrales.

Es de gran importancia y muy relevante destacar que los bancos centrales han sido uno de los principales factores responsables de la crisis hipotecaria y financiera que estamos viviendo.

Podemos decir que los bancos centrales son responsables de la crisis, al menos, por tres razones fundamentales.

En primer lugar porque a ellos corresponde la labor de vigilar la situación del negocio bancario, la de advertir del riesgo y prevenir sus consecuencias. Y tienen medios y poder suficiente para llevarla a cabo ... si quisieran hacerlo.

Su vista gorda ante el verdaderamente aberrante e irracional comportamiento del mercado hipotecario, su indiferencia ante el sufrimiento económico que los bancos imponen a millones de familias, su mano abierta para consentir que la banca actúe con plena libertad para imponer condiciones draconianas en créditos y préstamos, o su ceguera cómplice ante el deterioro de la solvencia han favorecido la génesis de la crisis hipotecaria como primer e inmediato detonante del problema económico y financiero que hoy día se está viviendo.

Incluso algunos gobiernos o líderes mundiales estaban advirtiendo desde hace meses del riesgo que se estaba acumulando en los fondos de inversión especulativos, del peligro global que eso llevaba consigo y de la necesidad de regularlos de otra forma para tratar de darle más seguridad a la economía mundial. Pero los bancos centrales, que son quienes disponen de la mejor información sobre esa realidad y quienes sabían bien el problema real que se estaba generando, han venido callando y consintiendo que durante todo este tiempo se acumule la volatilidad y un peligro cierto de recesión mundial provocado por la llamarada originada en los flujos financieros.

En segundo lugar, porque los bancos centrales son los garantes del régimen de hipertrofia financiera y de privilegio de los flujos financieros sobre la economía real hoy día existente. Estas instituciones y la política que llevan a cabo constituyen el sostén principal de la especulación financiera y del privilegio que éstas actuaciones tienen en comparación con la actividad económica real orientada a la creación de riqueza.

Es obvio que la política monetaria es un instrumento esencial de la política económica general para conducir la actividad económica. Pero, en manos de los bancos centrales, se limita a aplicarse para controlar los precios (algo que beneficia sobre todo a los ricos y al capital, porque gracias a ello se garantizan salarios reducidos y retribución más alta al capital financiero), olvidándose de cualquier otro objetivo, como el crecimiento de la actividad o el empleo. Y ya he señalado que esa financiarización es el verdadero caldo de cultivo de estas crisis.

Finalmente, porque los bancos centrales no sólo se limitan a actuar de esta forma sino que, para colmo, atan de pies y manos a los gobiernos, que no tienen capacidad de maniobra para adoptar medidas que pudieran llevar a las economías por otros senderos.

Los bancos centrales, esclavos de una ortodoxia sin base científica alguna (puesto que ni uno solo de los postulados en los que se basa la política monetaria y económica que defienden ha quedado demostrado como más conveniente o adecuado que cualquier otro) ni comen ni dejan comer en la economía de nuestros días: como la crisis de estas últimas semanas está demostrando, los bancos centrales vienen a ser unos meros instrumentos al servicio del mantenimiento del status quo bancario y del poder monetario y financiero global.

Su papel perverso es ya tan estrepitosamente claro que incluso algunos gobernantes de derechas más lúcidos, como Sarkozy, empiezan a denunciarlo. Y es que es muy difícil que un pirómano pase desapercibido cuando quiere actuar como apagafuegos.

10. Y es una crisis de las que podrían evitarse con otras políticas y con otros objetivos sociales.

Para terminar, hay que preguntarse si crisis como las que estamos viviendo son inevitables o si, por el contrario, hay medios para evitarlas.

En mi opinión, será muy difícil que dejen de existir en el contexto del capitalismo financiarizado de nuestros días. Como he dicho antes, son consustanciales a la lógica compulsiva del beneficio y a la hipertrofia de unos flujos financieros y actividades especulativas que son intrínsecamente inestables y volátiles.

Pero eso no quiere decir que no tengan remedio. Hay fórmulas e instrumentos suficientes para que la sociedad no tenga que soportar sus tremendos costes y para que las economías no se vean sometidas a la quiebra constante, al despilfarro, a la ineficiencia y al bloqueo permanentes.

En el marco breve de estas líneas no puedo desarrollar extensamente un planteamiento alternativo, del que hoy día ya empezamos a disponer en la literatura económica no neoliberal. Me limitaré a presentar, casi a manera de ejemplo y sin pretensión alguna de ser exhaustivo, los que considero más importantes y significativos.

(-) Para evitar las crisis hipotecarias es preciso evitar que la vivienda se convierta en un activo creado para generar beneficio a través de la acumulación y la especulación. Y, por supuesto, que sus instrumentos de financiación se transformen en la fuente que nutre la actividad de los mercados financieros secundarios intrínsecamente inestables y generadores de crisis. Los gobiernos tienen medios para asegurar que las viviendas sean lo que deben ser, soluciones al problema social de la habitabilidad, y no activos para canalizar el ahorro de los ricos y para labrar ganancias especulativas. Para ello pueden establecerse reservas de suelo, controles de precios y políticas impositivas que desincentiven la especulación con bienes sociales básicos. Puede y debe romperse la vinculación entre el mercado de la vivienda y los flujos financieros garantizando fuentes estables y asequibles de financiación no vinculadas a los mercados secundarios que, como hemos visto, son la fuente de las crisis financieras.

(-) Para evitar las crisis financieras ni siquiera sería necesaria, aunque fuese deseable, una auténtica regulación financiera internacional que hiciera saltar por los aires los mecanismos que transmiten la especulación y la volatilidad a todas las actividades económicas. Quizá baste con incorporar, como dijera hace años James Tobin, algo de arena en las ruedas de las finanzas internaciones para desincentivar ese tipo de lógica financiera. Una arena que deberían tener la forma de impuestos y tasas internacionales, erradicación de los paraísos fiscales, transparencia y control y, sobre todo, de la creación de fuentes de crédito públicas que garanticen el funcionamiento de la actividad económica con independencia de los desequilibrios y la volatilidad de los mercados.

(-) Para evitar las crisis de solvencia bancaria y para limitar el irracional y excesivo poder bancario que provoca crisis y desequilibrios constantes es preciso establecer un sistema basado en la plena cobertura de las reservas bancarias.

(-) Para evitar que crisis localizadas se conviertan peligrosamente en crisis globales es preciso, sobre todo, acabar con el régimen de plena libertad de movimientos de capital. un régimen que solo es necesario y está justificado para garantizar mayores beneficios a los propietarios de capital, puesto que no hay razón científica alguna que permita asegurar que de esa forma se logran mejores resultados en la producción de bienes y servicios y en la actividad económica en general.

(-) Para evitar los efectos de las crisis financieras sobre la economía real lo necesario es, lógicamente, evitarlas aplicando los mecanismos que vengo señalando y, sobre todo, controlar la hipertrofia de los flujos financieros, y garantizar fuentes de financiación en la vida económica que no estén al albur de la lógica del beneficio sino en función de las demandas sociales.

(-) Para evitar que estas crisis aumenten las desigualdades produciendo millones de afectados y muy pocos beneficiarios es preciso restablecer el valor social de los impuestos, crear un auténtico sistema fiscal internacional y mecanismos internacionales de redistribución de la renta.

(-) Para evitar que lo bancos centrales sigan estando al servicio exclusivo de los más poderosos y esclavos de una retórica económica equivocada que coadyuva a la aparición de recesión y crisis económicas, es preciso modificar su naturaleza, someterlos al control público y de las instituciones representativas y garantizar que la política monetaria se comprometa efectivamente con objetivos económicos como el pleno empleo, la equidad y el bienestar social efectivo.

Naturalmente, todo ello, que es plenamente posible, no puede llevarse a la práctica si los ciudadanos no son capaces de negar el estado de cosas actual, de imponer su voluntad sobre la de los mercados en donde gobiernan los poderosos y para ello es preciso no solo que sean conscientes de la naturaleza real de estos problemas económicos sino que tengan el poder suficientes para convertir sus intereses en voluntades sociales y éstas en decisiones políticas. Es decir, que las mayorías ciudadanas pueden hacer justo lo que desde tiempos inmemoriales vienen haciendo solamente los más ricos y poderosos.

Acerca del Autor:

Nacido en Granada en 1954.
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales.
Profesor Adjunto de Economía Política y Hacienda Pública (1983) en la Universidad de Granada.
Desde 1986 es Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga.
En esta Universidad ha sido
Director de Departamento, Vicedecano y Decano de la Facultad de Derecho y
Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado.
Ha sido también Secretario General de Universidades e Investigación de la Junta de Andalucía.

Hector Torres dijo...

E.J.:

Una disculpa por la tardanza en contestarte, pero queria leer con detenimiento este articulo que enviaste, para poder comentarlo con buen conocimiento y no solo por haberlo leido a vuelo de pajaro, ya que esta algo extenso.

Comentarios:

1.- Te pediria que articulos asi de extensos mejor nos dieras los datos del archivo o el link donde consultarlos, por que pegar tanta informacion en esta area de comentarios pues no es muy practico que digamos.

2.- El articulista escribe de una manera excelente respecto del tema, con una sobriedad, seriedad, profesionalismo y claridad que pocas veces encuentras en articulistas de "izquierda".

3.- Lo que se trata en el articulo es realmente muy interesante para las personas profanas, e incluso, hay algunas cosas que yo las pensaba de cierta manera y al leerlo he debido de repensarlas.

4.- Me encanta como hace una liga entre todos los eventos economicos, como los relaciona, ya que, efectivamente, todo en la economia esta relacionado, y mas al nivel especulativo.

5.- En resumen, un 10 por este articulo, asi me gustaria llegar a escribir a mi algun dia.

Gracias por el aporte.

José Trujillo dijo...

Eso es de BBC Mundo.

Hector Torres dijo...

Jose Antonio:

Si, lo comento en uno de los comentarios, que la informacion la saque de internet. No recordaba de que parte por eso no lo puse, pero si tu dices que es de la BBC, debe ser.

Saludos.

Anónimo dijo...
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